
Para quienes me conocen, saben que la Navidad es mi época preferida del año. Lejos. Muy lejos.
Navidad me llena de alegría, me dan ganas de convertirme en una "chica Utilísima" y decorar toda la casa, cocinar galletitas y demás pavadas divertidas. No siempre lo hago, pero me dan ganas.
En mi familia siempre fue una fiesta del mes entero.
Navidad no duraba una noche. En la casa de mis abuelos, Navidad duraba un mes entero.
Ahora, años más tarde, todavía me queda el mismo sabor a fiesta del mes entero.
Según la tradición, se colocaba un calendario de adviento donde cada día íbamos abriendo una ventanita junto a mis hermanos.
Mi abuela materna armaba el arbolito el 1° de Diciembre y ponía al pie una cesta llena de 24 regalitos rosas (para mi) y 24 regalitos celestes (para mi hermano, porque mi otra hermana era muy chica) y cada uno con un número.
Todos los días nos levantábamos corriendo, abríamos una ventanita y el regalo correspondiente. Nunca faltaban los villancicos de fondo... y los "regalos" podían ser cualquier cosa, desde una hebillita hasta algunas golosinas o un par de bolitas para sumar a la colección. No importaba, era el hecho de abrir un paquetito.
A veces chusmeábamos la cesta para ver qué día nos tocaba la "caja más grande". La mayoría de las veces esa super caja se transformaba en una más pequeña, después otra, luego otra... y terminaba siendo más chica que las demás (aunque el piso quedaba lleno de papel y nosotros de cinta scotch!)
A la tarde, junto con los chicos del barrio nos juntábamos a hacer botas de cartulina roja con brillantina y algodón, que rellenábamos más tarde con caramelos para llevar a los orfanatos y hospital de niños más cerca del 24.
Por más romántica que suene la idea, sé que mis abuelos lo hacían para que nos quedemos quietos un rato (ja), pero bueno, era muy divertido.
Por eso para mi la Navidad es tan especial. Porque me enseñaron a disfrutarla de muchas maneras y porque me recuerda la alegría de mi infancia y el amor de todos mis abuelos.
Ojalá el día de mañana pueda traspasar ese sentimiento a mis hijos y que ellos también puedan vivir esa fiesta que viví yo durante tanto tiempo.
Estas fiestas van a ser un poco más especiales para mi porque sé que hasta dentro de un par de años no vamos a volver por estos pagos, pero no por eso van a brillar menos.
Aprovecho para enviarles mis mejores deseos y muchas felicidades para todos.
Que la pasen lindo!!!